La biorremediación de suelos consiste en la adecuación del contenido aceites y grasas mediante la utilización de microorganismos capaces de degradar dichos hidrocarburos.
Los suelos contaminados con hidrocarburos son tratados mediante el uso de microorganismos aeróbicos, capaces de degradar los hidrocarburos existentes, bajo las condiciones adecuadas de aireación y humedad, y el uso de nutrientes y promotores bacterianos, tales como fertilizantes, estiércol y humus de lombriz, logrando la correcta y rápida degradación de los contaminantes orgánicos presentes en el suelo.
Además de la degradación de los hidrocarburos, se monitorean y controlan otros parámetros como el pH del suelo, la Relación de Adsorción de Sodio (RAS) o la Saturación con Bases, los cuales pueden haber variado durante la ocurrencia de la contaminación.
Los parámetros establecidos en el Articulo 50 del Decreto 2.635 establecen las condiciones necesarias para considerar que un volumen de suelo determinado, sometido a tratamiento, sea seguro para su disposición final.